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El Hombre que nunca estuvo

    Generacion         Derecho UC 2000

                          Pocas veces antes, un actor con tan pocas líneas expresa tanta carencia de emociones. Billy Bob Thornton esta genial en su papel de barbero, al cual la vida no le sonríe precisamente.

                Este drama con ribetes de tragicomedia, creado por los hermanos Cohen (Fargo) engancha desde un principio.

                Para Ed Crane (Thornton), la vida es rutinaria y las desventuras y fracasos son pan de cada día. Un enredo entre su mujer, el jefe de ésta (James Gandolfini) y un charlatán homosexual, nos pasea por la vida de Ed, la cual coquetea a la perfección con el existencialismo, con un pesimismo reinante donde todo parece salir mal. Entonces Ed nos sorprende con su frialdad frente a situaciones dramáticas.

                El humor negro aparece en momentos claves en la trama, logrando su efecto. Notable es en este sentido la escena en que Birdie, la hija pianista de un antiguo cliente y amigo de Ed, le dice a éste “Tú eres un entusiasta”, línea de antología dentro del contexto del film.

                Párrafo aparte merece el abogado que defiende a Ed, el cual no sólo goza de una increíble imaginación, sino que con sus artimañas es capaz de tergiversar cualquier situación. Resulta cómica, pero muy gráfica la comparación entre éste abogado y el que termina junto a Ed ante el juez.

                Ojo con la relación hecha durante la película con los Ovnis y el guiño al caso Rosswell.En suma una película altamente recomendable (sobretodo para quienes adhieren al existencialismo).

Ignacio Pefaur

 

 

 

Columna del Recuerdo
 

Cuando Harry conocio a Sally

 

 

Más que una crítica de cine, esta sería más bien una confesión de porque esta película, más álla de escenas inolvidables (como la del orgasmo simulado por la protagonista), o de momentos altamente hilarantes (como esa escena en que la pareja canta en una tienda), puede ser catalogada como una de las películas más románticas de la historia del cine.

    En primer lugar, para aquellos que no han gozado del privilegio de ver tan "preciada joya" del denominado séptimo arte, algunos datos técnicos del filme, para ubicarse espacio-temporalmente. Esta película es del director Rob Reiner, el mismo de Cuenta conmigo (otro diamantito), esa del grupo de amigos que emprenden un viaje, y yata yata yata (sólo para fánaticos de Seinfeld). Es protagonizada por Billy Crystal en el papel de Harry (que después de esta película se ha dedicado a animar los premios Oscar, ha tenido papeles similares) y Meg Ryan, como la entrañable Sally (sí, la "reina de la comedia romántica", pero no podemos descartarla por cosas como Tienes un e-mail, o Adictos al amor. Debemos reconocer que en Sintonía de amor más de uno derramo una lagrimita). La película ganó un Oscar por mejor guión, si no es así, dejo abierta la puerta para correcciones.

    Volviendo al leivmotiv de esta "crítica", dónde nuevamente repito que no lo es pues no pienso resaltar lo negativo ya que para mí escasea en esta película donde me perdí entre lo positivo, explico porque para mí es ésta la más romántica que he visto. Lo que sucede es que estos tipos (Harry y Sally) pueden llegar a ser tus vecinos, y con esto quiero decir que son personajes imperfectos, queribles y odiables a la vez. No sólo eso, su historia de amor tampoco es perfecta, no se trata de que una megasuperestrella se enamora de un librero, o de una prostituta redimiendo por amor a un hombre de naturaleza egoísta. No es ese tipo de película, en que por mucho de que uno haya suspirado en algún momento, uno sale pensando, bueh y que más da ESO SÓLO SUCEDE EN LAS PELÍCULAS. Aquí uno se emociona, pues ve la historia como algo reconocible en nuestras vidas y es que podemos sentirnos identificados con muchas cosas, nuestra poca capacidad de comprometernos, nuestra intención de esconder tras aparente sencillez una naturaleza compleja, entre otras cosas. No puedo negar que el final es feliz (cumpliendo con un requisito esencial de la comedia romántica light de los EEUU de América). Sin embargo, es un final feliz como un vaso de agua tras una expedición en el desierto. Cuesta llegar a concretar la dicha del amor aterrizado, ya que un meteorito amenaza con destruir el planeta o una novia que no puede llegar al altar si no la miran directamente a los ojos no son catalizadores de tomarle valor al que se te presenta al frente. Cuesta porque el amor verdadero implica procesos de descubrimiento del otro, de aceptación del otro y de riesgo. En ese sentido la amistad se muestra como algo más seguro, y por eso muchas veces tendemos a orientarnos por esa vía con alguien por miedo de tomar la otra y equivocarnos. Y es por eso, que no soy partidaria de creer que el objetivo de la película es demostrar que la amistad entre hombre y mujer no tiene cabida, si no demostrar que el amor disfrazado de amistad existe, cuesta quitar el disfraz y cuesta asumirlo, pero como Harry dice al final... cuando uno se da cuenta de que alguien es el que nos va a acompañar el resto de nuestra vida, queremos que el resto de nuestra vida comienze lo antes posible.

    Cuando Harry conoció a Sally trata de cosas presentes en el mundo en forma implícita desde que el hombre descubrió que su relación con sus pares implica sentimientos. También verdades empíricas que experimentamos, o que sabemos que otros experimentan, día a día. Por esto emociona, porque te deja la sensación de que ese compañero tuyo está a la vuelta de la esquina, no en un estudio hollywodense, ni como profesor de secundaria a la que asistirás como reportera encubierta, ni conocerás por una apuesta, si no a la vuelta de la esquina...

Gabriela Hilliger

 

 

Gosford Park    Marzo 2002

 

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